La segunda vuelta debía celebrarse este domingo 8 de diciembre entre el candidato Călin Georgescu (extrema derecha) y la candidata de centro derecha Elena Lasconi, pero el Tribunal Constitucional ordenó el pasado viernes 6 de diciembre, eliminar todo el proceso tras concluir que actores estatales como no estatales habían interferido en las elecciones en favor de Georgescu. Investigaciones preliminares apuntan a que la plataforma de TikTok jugó un papel en el cancelado proceso.
El pasado viernes 6 de diciembre el Tribunal Constitucional rumano anuló los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales celebradas en ese país el pasado 24 de noviembre, y cuya segunda ronda debía disputarse el pasado fin de semana.
«El procedimiento para la elección del presidente de Rumanía será abierto de nuevo en su totalidad», anunció el Tribunal Constitucional, que tomó esta decisión «para garantizar la corrección y legalidad del proceso electoral».
El proceso, que en su primera ronda había seleccionado al independiente de ultraderecha Călin Georgescu (23%) y a la candidata de centro derecha, Elena Lasconi (19%) para la segunda ronda, deberá programarse nuevamente a partir de la sentencia del tribunal.
Los jueces del Tribunal Constitucional anularon los resultados tras examinar documentos recientemente desclasificados del Consejo Supremo de Defensa Nacional de Rumania, de acuerdo a los cuales la campaña Călin Georgescu fue «el resultado de una manipulación organizada desde el extranjero».
La información que tuvo a la vista el alto tribunal habría revelado un «aumento artificial» de la popularidad de Georgescu del 1% al 22% a través de un esfuerzo de manipulación a gran escala poco antes de las elecciones, esto principalmente con el uso de más de 25 mil cuentas falsas de TikTok, las que supuestamente fueron utilizadas para aumentar la visibilidad de Georgescu.
Los documentos de inteligencia, desclasificados por el presidente saliente, Klaus Iohannis, revelaron que la victoria de Georgescu se habría cimentado en una campaña patrocinada por el estado ruso.
Según los informes, se gastaron 381 mil dólares en contenido promocionado en TikTok que no cumplían con las leyes electorales rumanas ni con los términos de la plataforma. Además, la campaña estuvo respaldada por unas 25 mil cuentas inactivas creadas hace dos años, lo que los analistas señalan como muestra de que esa campaña fue un intento coordinado de inclinar la elección a favor Georgescu.
En su decisión la Corte argumentó que el proceso electoral «estuvo viciado en toda su duración y en todas sus etapas por múltiples irregularidades y violaciones a la legislación electoral que distorsionaron el carácter libre y correcto del voto expresado por los ciudadanos y la igualdad de oportunidades de los contendientes electorales, afectó el carácter transparente y justo de la campaña electoral y desconoció las normas legales en materia de financiación”
La plataforma TikTok ha rechazado todas las acusaciones sobre interferencia, señalando el hecho de que eliminó decenas de miles de cuentas falsas y millones de «me gusta» y seguidores falsos antes de las elecciones.
El servicio de redes sociales también afirmó que no había encontrado ningún indicio de interferencia encubierta ni desde dentro de Rumania ni desde el extranjero.
TikTok también está en el punto de mira a nivel de la Unión Europea, tras haber sido convocada al Parlamento Europeo para ser interrogada sobre su moderación de contenidos durante las primarias presidenciales y tras la reciente orden de la Comisión Europea de preservar los datos de las elecciones rumanas. TikTok cerró tres campañas de influencia tras la primera vuelta de las elecciones.
La resolución no fue bien recibida por los candidatos ganadores de la primera ronda, y los partidos de oposición al gobierno señalaron que la repetición del proceso es un intento del oficialismo por mantener el control del poder por no haber logrado obtener un representante en el balotaje.
Elena Lasconi, quien esperaba disputar el desempate, calificó la medida como injusta: “Desde un punto de vista legal y legítimo, nueve millones de ciudadanos rumanos expresaron su preferencia por un determinado candidato”, y acotó que con la decisión del tribunal la democracia rumana está siendo “pisoteada” por el Estado.
Por parte, Georgescu, quien obtuvo 2,1 millones de votos, acusó ser víctima de un complot de la élite política para mantenerlo fuera del poder y frustrar la voluntad del pueblo.
A la confusa situación que vive el país se suma le hecho de que el Tribunal no se ha pronunciado sobre los resultados de la elección parlamentaria, que fueron celebradas el domingo 1 de diciembre, y que seleccionó a un parlamento que iniciará su trabajo la próxima semana y que será controlada por una amplia coalición de cuatro partidos.
La coalición nombrará a un primer ministro que deberá ser aprobado por el presidente en ejercicio. El mandato del actual presidente Iohannis tendría que concluir el próximo 21 de diciembre, pero el presidente ha dicho que permanecerá en el poder hasta que su sucesor preste juramento.
Pese a ello, ya hay voces que han pedido al Tribunal Constitucional que anulen esas elecciones. Algunos partidos señalan el hecho de que la votación se celebró durante los mismos ataques híbridos que desencadenaron la sentencia de anulación del viernes.
Mientras tanto ya se ha iniciado una investigación sobre los ciberataques a la infraestructura electoral, que se detallan en los archivos de inteligencia desclasificados.
Esta es la tercera investigación abierta por los fiscales rumanos después de que el fiscal general iniciara otras dos sobre corrupción electoral, fraude informático y blanqueo de dinero de campaña de al menos un millón de euros.
Todavía no se ha fijado una fecha para las nuevas votaciones.
