Ya en la última semana de #Octubredeciberseguridad, revisamos la importancia de la ciberseguridad en la oficina, y te dejamos algunos tips para que puedas compartir, enseñarlos y practicarlos en tu propio lugar de trabajo. Un miembro del equipo de Nivel4 llegó hace un par de semanas con un persistente resfrío. Fuimos todos cayendo, uno a […]
Ya en la última semana de #Octubredeciberseguridad, revisamos la importancia de la ciberseguridad en la oficina, y te dejamos algunos tips para que puedas compartir, enseñarlos y practicarlos en tu propio lugar de trabajo.
Un miembro del equipo de Nivel4 llegó hace un par de semanas con un persistente resfrío. Fuimos todos cayendo, uno a uno. Y al comentar que yo estaba resfriada, la respuesta era siempre la misma: es que anda un bicho dando vueltas ¡Andan todos resfriados en mi oficina! Esto lo he visto y escuchado en diferentes partes.
Este resfrío se propagó por todos lados, y me hace pensar en cuán similar es la situación en el ciberespacio y porqué es tan importante ser conscientes de la necesidad de ciberseguridad en la oficina. En los ambientes laborales, las amenazas a la ciberseguridad se propagan incluso de manera más rápida que los resfríos y dejan a todo el entorno infectado. La cosa es bastante seria, puesto que los problemas causados por malas prácticas y falta de medidas de higiene en ciberseguridad no se remedian con agüita y descanso. Sin sospecharlo podemos convertirnos en vectores de ciberamenazas y es importante considerar esto, pues las infecciones por ciberamenazas no se detienen al llegar a nosotros, sino que se reproducen y extienden su daño, y esto puede significar la muerte para algunas empresas, pérdidas para trabajadores y clientes y pueden sepultar la confianza de los usuarios. Sin embargo, todas estas consecuencias funestas se pueden evitar con medidas de higiene súper simples y que debemos incorporar a nuestras costumbres, para protegernos a nosotros mismos, a nuestro entorno de trabajo (y por ende, a nuestros compañeros), a nuestros clientes y usuarios, y de esta manera, a todo el ciberespacio.
¡Nunca las escribas en papel!
Mientras más largas sean, mejor. Intenta usando una frase que te sea fácil recordar e incluye en ellas números, letras y caracteres especiales.
Nunca utilices la misma contraseña en diferentes servicios. Si te cuesta recordarlas, puedes utilizar un gestor de contraseñas.
Nunca compartas tus contraseñas con nadie.
Conéctate sólo a redes conocidas. Es fácil para un cibercriminal ofrecer una red con wifi gratuito en cualquier lugar, que robe tu información. No seas ingenuo. Cuando las cosas son gratis, muchas veces el precio es uno mismo…
Considera contratar un VPN (Red Privada Virtual). Los VPNs crean una especie de túnel en la red wifi a la que estás conectado entre ti y los sitios que visitas, de modo que no haya ningún “man in the middle” o alguien en el medio, robando tus datos.
La red de la oficina debe tener una contraseña fuerte y se le debe dar acceso sólo a las personas de la empresa. Creen una red aparte para las visitas.
Las memorias USBs son un gran vector de infecciones. Jamás enchufes un USB que hayas encontrado, pues éste puede ser un caballito de Troya para infiltrar tu empresa.
No hace falta mayor explicación.
Nunca dejes tu estación de trabajo desatendida. Si lo haces, bloquea tus equipos de modo que requieran una contraseña para volver a ser accesibles.
La clave para alcanzar la ciberseguridad es la educación. Esto es tarea de todos, pues todos estamos conectados, y por ende, nuestra seguridad depende de todos. Edúcate y comparte tu conocimiento con quienes puedas. Que tus redes sociales disfruten de tus aprendizajes será lo que te otorgue más likes. En Nivel4 preparamos material constantemente que puede ayudarte a comprender la ciberseguridad. Apréndelo y compártelo (Gracias de antemano =D), o aprende desde otros medios, pero, como dice una sabia filósofa de fines del siglo XX: ¡Edúquese lo que más pueda!
Lo cierto es que estas medidas de higiene son básicas y se repiten continuamente para que se conviertan en costumbre, pero aún vemos que no todos las han adoptado como propias. Se dice que mientras más medidas de seguridad haya, más lentos resultan los procesos, y bueno… Sí, es cierto. También es cierto que lavarse las manos después de ir al baño toma tiempo y ralentiza ese proceso, pero lo hacemos para evitar contagiarnos de cólera, tifus, y otras enfermedades que se transmiten por nuestra “backdoor”. Haber establecido en nuestra cultura el lavarse las manos después del baño es lo que ha permitido que al darnos la mano con otra persona, entreguemos y recibamos un gesto de confianza y colaboración y no un montón de infecciones.
Si tienes más recomendaciones que puedan contribuir a la ciberseguridad, ¡Coméntanoslas!
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