En la era digital, la ciberseguridad ha pasado de ser un detalle técnico a convertirse en una prioridad para empresas de todos los tamaños. Con el aumento constante de amenazas cibernéticas, los profesionales capacitados en este campo son más demandados que nunca. Pero, si estás empezando, sé que el camino puede parecer confuso y abrumador. Yo pasé por eso hace unos años, así que te comparto algunos consejos que me sirvieron cuando comencé en este fascinante mundo.
Artículo por Lukas Gaete, especialista de NIVEL4.
Lo primero es lo primero: antes de meterte de lleno en temas avanzados de seguridad, necesitas tener claros los conceptos básicos de redes y sistemas operativos. La ciberseguridad se apoya en estos pilares, y sin entender bien cómo funcionan los sistemas y las redes, el resto puede ser complicado. Si sientes que aún no tienes una base sólida en esto, no te preocupes, hay muchísimos cursos de redes y administración de sistemas que te pueden ayudar a construir esas habilidades fundamentales.
Una vez que tienes lo básico cubierto, es clave que te familiarices con las amenazas más comunes que enfrentan las organizaciones. Malware, ataques de ingeniería social, exploits de día cero… hay mucho por aprender. Entender este panorama te ayudará a detectar riesgos y vulnerabilidades en cualquier sistema. Una plataforma que me ayudó mucho en mis inicios fue OWASP, donde puedes estudiar las vulnerabilidades más conocidas y empezar a ver cómo funcionan los ataques en la vida real.
Ahora, la teoría está bien, pero nada sustituye a la práctica. Ahí es donde de verdad empiezas a crecer. Plataformas como Hack The Box, TryHackMe y competiciones de CTF (Capture The Flag) te permiten poner a prueba tus habilidades en un entorno seguro y aprender de tus errores sin presión. También, participar en programas de bug bounty es excelente, ya que puedes aplicar lo que aprendes en escenarios reales, buscando fallos en sistemas de grandes empresas y ganando recompensas. A mí me abrió los ojos sobre cómo funcionan las cosas en entornos productivos y me ayudó a ganar experiencia valiosa desde el principio.
En paralelo a las habilidades técnicas, están las certificaciones. Aunque la experiencia práctica es fundamental, tener certificaciones es una forma de validar tus conocimientos y destacar ante los empleadores. Las que más pesan en el mundo laboral son las de Offensive Security (Offsec), PortSwigger, Hack The Box, Zeropoint Security e INE. No solo demuestran que sabes lo que haces, sino que también tienes la capacidad práctica para resolver problemas reales, algo muy valorado por las empresas.
Recuerda también que la ciberseguridad es un campo que cambia constantemente. Las amenazas evolucionan, y las soluciones lo hacen a la par. Por eso, mantenerse al día con las últimas tendencias es súper importante. Yo suelo seguir conferencias, blogs y a expertos de la industria para no quedarme atrás. Es un campo donde el aprendizaje continuo es clave, y si quieres destacar, es algo que te tiene que gustar.
Mientras sigues avanzando, te vas a dar cuenta de que hay muchas áreas en las que te puedes especializar. Desde la seguridad defensiva, que se enfoca en proteger redes y sistemas, hasta la ofensiva, donde identificas y explotas vulnerabilidades. Yo recomendaría explorar ambas al principio para entender bien cómo se complementan. A mí me ayudó a decidir en qué quería especializarme a largo plazo.
Otro aspecto que no se puede pasar por alto es lo colaborativo que es este campo. La comunidad de ciberseguridad es increíble, y ser parte de ella puede acelerar mucho tu crecimiento. Unirte a foros, grupos de LinkedIn y asistir a eventos te permite aprender de otros y compartir tus experiencias. Yo he recibido mucho apoyo y consejos de otros profesionales, y ahora intento hacer lo mismo con los que están empezando.
Por último, quiero subrayar un aspecto que a menudo se subestima: la mentalidad. Más allá de las habilidades técnicas, en ciberseguridad es fundamental adoptar una mentalidad de resolución de problemas. Los ataques suelen ser impredecibles, y pensar como un atacante es crucial para anticipar sus movimientos. Además, es esencial trabajar duro y tener tolerancia a la frustración; no siempre encontraremos respuestas inmediatas. La curiosidad y la creatividad son vitales, así como el compromiso de seguir estudiando y practicando cuando algo no queda claro.
Al final, comenzar en este mundo puede parecer intimidante, pero si te lo tomas con calma y disfrutas del proceso, es una carrera increíblemente gratificante. Yo empecé a los 15 y conseguí mi primer trabajo a los 17, así que te aseguro que con dedicación, un buen enfoque y práctica constante, puedes lograr grandes cosas en este campo. ¡Ánimo, que estás en el camino correcto!
