El ataque, reivindicado por el grupo Scattered Lapsus$ Hunters, obligó a detener la producción durante semanas y puso en riesgo miles de empleos. El gobierno anunció un préstamo garantizado de £1.5 mil millones de libras para respaldar la cadena de suministro automotriz.
Jaguar Land Rover (JLR), uno de los principales fabricantes de automóviles del Reino Unido, atraviesa una de las crisis más severas de su historia reciente tras un ciberataque que paralizó su producción y afectó gravemente a su red de proveedores. El incidente, ocurrido el 31 de agosto, llevó a la suspensión de operaciones en sus plantas de Solihull, Wolverhampton y Halewood, afectando directamente a 34 mil trabajadores y a una cadena de suministro que involucra a unas 120 mil personas.
El ataque, atribuido al grupo Scattered Lapsus$ Hunters, dejó fuera de servicio sistemas críticos de TI y forzó la interrupción de la fabricación de vehículos por varias semanas. Según estimaciones, las pérdidas para JLR rondan entre £50 y £70 millones de libras diarias, mientras que proveedores más pequeños advirtieron que apenas contaban con días de liquidez antes de quebrar.
La gravedad del caso llevó al gobierno británico a garantizar un préstamo de £1.5 mil millones a través del programa Export Development Guarantee, el cual será provisto por la banca privada, pero en el cual el Tesoro británico cubrirá el riesgo en caso quedar impago, lo que permitirá a la compañía sostener su cadena de pagos y mantener el suministro de componentes esenciales.
“El ciberataque no fue solo un asalto contra una marca icónica, sino contra nuestro sector automotriz y los hombres y mujeres cuyos empleos dependen de él”, afirmó el secretario de Negocios y Comercio del gobierno británico, Peter Kyle. Por su parte, la autoridad responsable de la hacienda nacional, Rachel Reeves, señaló que la ayuda busca “proteger miles de empleos con hasta £1.5 mil millones en financiamiento adicional”.
El incidente de JLR se vio agravado por la ausencia de un seguro cibernético frente a fraudes informáticos. Según reportó Financial Times, JLR aún estaba en conversaciones con un corredor cuando ocurrió el ciberataque, lo que significa que deberá absorber pérdidas estimadas en más de £3.5 mil millones de libras en ingresos no percibidos si la producción no se normaliza antes de noviembre. Este vacío deja en evidencia la vulnerabilidad de las grandes compañías frente a incidentes de esta magnitud.
JLR anunció que en los próximos días comenzará un reinicio gradual de sus operaciones, en coordinación con la NCSC (Centro Nacional de Ciberseguridad del Reino Unido) y las fuerzas del orden, para garantizar que el regreso a la actividad se realice de manera segura. “Estamos trabajando sin descanso junto a especialistas en ciberseguridad y a nuestros socios gubernamentales para recuperar la fabricación de nuestros vehículos de clase mundial”, señaló un portavoz de la compañía.
