Principal productor de cerveza japonés paraliza operaciones tras ciberataque

La cervecera japonesa Asahi Group, dueña de marcas internacionales como Peroni y Grolsch y otra serie de líneas de bebidas y alimentos, enfrenta un incidente que ha obligado a suspender envíos, pedidos y atención al cliente, con posibles repercusiones financieras y de seguridad de datos.

El gigante cervecero Asahi Group Holdings Ltd., uno de los líderes del mercado japonés de bebidas, confirmó que un ciberataque ha interrumpido sus operaciones en el país. La compañía, que concentra cerca del 40% de la cuota local de mercado, informó que tanto los sistemas de pedidos y envíos como los centros de atención telefónica y las mesas de servicio al cliente se encuentran suspendidos desde la mañana del 29 de septiembre.

“Asahi Group Holdings, Ltd. está experimentando una falla de sistema causada por un ciberataque, que afecta operaciones en Japón”, señaló la firma en un comunicado publicado en su sitio web. Aunque existe una investigación en curso sobre el incidente, la empresa aseguró que “hasta el momento no se ha confirmado filtración de información personal ni de datos de clientes hacia terceros”.

La compañía reconoció que no existe un cronograma estimado para la recuperación completa de sus sistemas. “Estamos investigando activamente la causa y trabajando para restablecer las operaciones; sin embargo, no hay un plazo definido”, se lee en el comunicado.

El incidente, que comenzó alrededor de las 7 de la mañana del lunes, obligó a detener actividades críticas de logística y servicio, lo que podría derivar en un fuerte impacto económico para la compañía, que en 2024 reportó ingresos anuales cercanos a los 20 mil millones de dólares.

Asahi Group no solo es la mayor cervecera de Japón, con más de un tercio de la producción nacional de bebidas. La empresa también opera en Europa, Oceanía y el sudeste asiático y ha fortalecido su presencia global mediante adquisiciones de alto perfil. Entre sus marcas figuran Peroni, Pilsner Urquell, Grolsch y la británica Fuller’s, además de otras líneas de alimentos y bebidas no alcohólicas.

Aunque hasta ahora la interrupción se limita a operaciones japonesas, no se descarta que el incidente puede extender sus efectos a toda la red de producción y distribución.

Por ahora, ningún grupo de ransomware se ha atribuido el ataque ni se han dado a conocer exigencias de rescate. La empresa, que emplea a más de 30 mil personas y produce alrededor de 100 millones de hectolitros anuales de bebidas, continúa trabajando para restaurar la normalidad, al tiempo que ofreció disculpas a clientes y socios por las interrupciones causadas.