El acuerdo con la Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos obliga a la compañía a modificar cómo clasifica sus contenidos dirigidos a menores y a reforzar la protección de la privacidad infantil en línea.
La Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos (FTC) anunció que Disney aceptó pagar 10 millones de dólares para resolver las acusaciones de que recopiló información personal de niños que veían sus videos en YouTube sin el consentimiento de sus padres.
El caso se originó tras una denuncia del Departamento de Justicia (DoJ), que acusó a Disney de violar la Regla de Protección de la Privacidad Infantil en Línea (COPPA) al no etiquetar adecuadamente un “número significativo” de videos como “Made for Kids”. Esta omisión permitió que los menores estuvieran expuestos a publicidad dirigida.
“Este caso subraya el compromiso de la FTC de hacer cumplir la COPPA, que fue promulgada por el Congreso para garantizar que sean los padres, y no empresas como Disney, quienes decidan sobre la recolección y uso de los datos de sus hijos en internet”, declaró el presidente de la FTC, Andrew Ferguson.
El acuerdo no solo contempla la multa millonaria, sino también la obligación de que Disney alerte y obtenga el consentimiento de los padres antes de recolectar información de menores de 13 años. Además, la compañía deberá crear un programa para asegurar que los videos que sube a YouTube estén correctamente clasificados como contenido infantil.
La medida coincide con la actualización de la COPPA en enero de 2025, que ahora exige que los padres aprueben expresamente la publicidad de terceros dirigida a niños. La normativa obliga a los servicios digitales a obtener un consentimiento verificable antes de recopilar, usar o compartir información de menores de 13 años.
Según la denuncia, desde 2020 Disney subió decenas de miles de videos en más de 1.250 canales de YouTube. Solo tres docenas de esos canales generaron 1.200 millones de visualizaciones en los Estados Unidos en un periodo de tres meses. Sin embargo, muchos clips de películas como Frozen, Encanto, Moana, Cars, Toy Story o Ratatouille fueron marcados como “Not Made for Kids”, lo que permitió monetizar con publicidad personalizada.
La FTC sostiene que Disney se benefició directamente de esa práctica, tanto al recibir parte de los ingresos publicitarios compartidos con YouTube como al colocar anuncios propios en ciertos videos.
Lo más grave, según la denuncia, es que Disney ya había sido advertido. En 2019 YouTube notificó a la empresa sobre la obligación de identificar correctamente el contenido infantil para cumplir con la COPPA. Posteriormente, en junio de 2020, la plataforma reiteró que Disney seguía etiquetando mal sus videos. Pese a ello, el problema no se corrigió.
La orden propuesta por la FTC también busca que YouTube implemente tecnologías de verificación de edad. Si la plataforma cumple con ese requisito, se eliminaría la obligación para Disney de supervisar directamente la clasificación de sus videos.
