Autoridades del estado de Nevada, en los Estados Unidos, confirmaron que fueron víctimas de un ataque de ransomware que obligó al cierre de sus oficinas, interrumpió servicios digitales y puso a prueba la resiliencia de su infraestructura pública. La investigación sigue en curso con apoyo federal y especialistas forenses.
Desde la madrugada del domingo 24 de agosto el estado de Nevada, en los Estados Unidos, enfrenta una compleja crisis de gestión como consecuencia de un ataque de ransomware que dejó fuera de servicio a gran parte de los sistemas estatales, obligando al cierre de oficinas públicas y afectando la entrega de servicios esenciales para los residentes. El gobernador Joe Lombardo confirmó que se trató de un “incidente de seguridad en la red” y que, desde entonces, equipos estatales y federales trabajan “24/7 en las labores de recuperación”.
El impacto fue inmediato: los sitios gubernamentales quedaron inactivos, las líneas telefónicas se saturaron y los trámites presenciales se cancelaron durante varios días de la semana pasada. Aunque los servicios de emergencia, como el 911, no se vieron afectados, las operaciones administrativas de departamentos clave quedaron paralizadas.
En conferencia de prensa, Tim Galluzi, director de tecnología de Nevada, reconoció que se trata de un ataque de ransomware y que los atacantes extrajeron información de las redes estatales. “En esta etapa de nuestra investigación intensiva, no podemos aún identificar o clasificar la naturaleza específica de los datos sustraídos. El proceso de análisis es complejo, metódico y requiere tiempo”, explicó, y posteriormente añadió que, de confirmarse la exposición de datos personales, “se seguirán los pasos adecuados” para proteger a los ciudadanos afectados.
La magnitud del ataque obligó a implementar medidas de contingencia en múltiples dependencias. El Departamento de Agricultura recurrió a sistemas en papel y conexiones móviles para continuar inspecciones de cultivos y laboratorios veterinarios. En la Autoridad de Salud, las operaciones quedaron limitadas a la coordinación de cuidados, mientras que la Secretaría de Servicios Humanos no pudo procesar nuevas solicitudes de asistencia pública debido a la caída de los sistemas de elegibilidad.
Los ciudadanos de Nevada también sufrieron las consecuencias en servicios cotidianos. El Departamento de Vehículos Motorizados canceló citas, aunque el gobierno anunció que serán reprogramadas como atenciones sin cita durante dos semanas y que se eliminarán las tarifas relacionadas con el retraso. Las licencias docentes y comerciales solo pudieron gestionarse de manera presencial y varios museos estatales cerraron sus puertas hasta encontrar soluciones temporales.
El ataque no afectó al sistema de pagos, por lo que los empleados públicos recibirán sus salarios con normalidad. Sin embargo, la incertidumbre sobre el alcance de la filtración de datos persiste, mientras la Fiscalía estatal y agencias federales profundizan en la investigación.
La Agencia de Ciberseguridad e Infraestructura (CISA) desplegó equipos especializados de “caza de amenazas” para apoyar los esfuerzos de las autoridades locales y facilitar la mitigación del incidente, limitar los riesgos y asegurar que los sistemas sean restaurados de manera segura. Además, coordina junto con el FBI y la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) tanto la investigación como el acceso a fondos de recuperación. “Nuestro trabajo forma parte de un esfuerzo unificado para restaurar servicios críticos”, declaró Madhu Gottumukkala, director interino de CISA.
Mientras la investigación avanza, el gobernador Lombardo instó a los ciudadanos a mantenerse alertas frente a posibles fraudes. “Pedimos precaución ante llamadas, correos electrónicos o mensajes de texto no solicitados que pidan información personal o pagos, especialmente si se hacen pasar por representantes estatales”, dijo en un comunicado publicado en X.
