La Comisión Australiana de Competencia y Consumo (ACCC) acusa al gigante tecnológico de haber inducido a millones de usuarios a pagar más por suscripciones integradas con inteligencia artificial, ocultando una opción más económica.
La Comisión Australiana de Competencia y Consumo (ACCC) presentó una demanda contra Microsoft Australia Pty Ltd y su matriz, Microsoft Corp por, presuntamente, engañar a unos 2,7 millones de usuarios de Microsoft 365 en el país. El organismo sostiene que la compañía habría ocultado deliberadamente una opción más barata para mantener las suscripciones sin el asistente de inteligencia artificial Copilot, promoviendo así planes más costosos.
Según la ACCC, desde el 31 de octubre de 2024, Microsoft informó a los suscriptores de sus planes Personal y Familiar que debían aceptar la nueva versión del servicio -que incluía Copilot- y pagar un precio más alto, o bien cancelar la suscripción. Sin embargo, existía una tercera alternativa, el plan “Classic”, que permitía conservar los servicios originales sin el asistente de IA y al precio anterior. Esta opción solo se mostraba al iniciar el proceso de cancelación.
“Microsoft omitió deliberadamente mencionar los planes Classic en sus comunicaciones y ocultó su existencia hasta que los usuarios intentaban cancelar”, declaró la presidenta del organismo, Gina Cass-Gottlieb.
El precio del plan Personal de Microsoft 365 aumentó un 45%, pasando de 109 a 159 dólares australianos, mientras que el plan Familiar subió un 29%, hasta 179 dólares (entre 67 mil y 98 mil pesos chilenos). La ACCC argumenta que la empresa vulneró varias disposiciones de la Ley del Consumidor Australiana, al incurrir en prácticas engañosas y omitir información relevante sobre las alternativas disponibles.
Microsoft notificó los cambios mediante dos correos electrónicos y una publicación en su blog, en los que no se mencionaba la existencia del plan más económico. Para el regulador, esa omisión impidió que los consumidores tomaran decisiones informadas sobre sus suscripciones.
La acción judicial busca multas de hasta 50 millones de dólares australianos por infracción, además de compensaciones, medidas cautelares y órdenes judiciales para evitar conductas similares en el futuro. “Queremos una sanción que deje claro que incumplir la ley del consumidor no puede ser considerado simplemente un costo de hacer negocios”, señaló Cass-Gottlieb.
Microsoft, por su parte, aseguró que “la confianza y la transparencia con los consumidores son prioridades” y que la compañía está revisando los reclamos de la ACCC en detalle.
El caso se suma a una serie de investigaciones internacionales sobre la integración de Copilot en los servicios de Microsoft, en momentos en que los reguladores examinan de cerca las estrategias comerciales de las grandes tecnológicas en torno al uso de la inteligencia artificial.
