Un jurado en California concluyó que la compañía utilizó de forma indebida planes de datos celulares de los usuarios para beneficio corporativo en “transferencias pasivas”. Empresa argumenta que datos son esenciales para buen funcionamiento de los dispositivos.
Un veredicto emitido el pasado martes 2 de julio por un jurado en un tribunal estatal del norte de California, condena a Google al pago de 314 millones de dólares, esto tras una demanda colectiva en la que se acusa a la compañía de extraer datos de dispositivos Android conectados a redes celulares, sin el consentimiento expreso de sus usuarios. El fallo marca el cierre de un proceso judicial iniciado el año 2019.
La demanda se centró en las llamadas “transferencias pasivas” de datos, que ocurrían incluso cuando los usuarios no estaban utilizando activamente sus teléfonos. Según los abogados demandantes, estos envíos se producían de manera continua mientras los dispositivos estaban en “carteras y bolsillos, e incluso aparentemente inactivos sobre las mesitas de noche (veladores) mientras dormían”.
La acusación sostiene que Google aprovechó estas transferencias para promover sus propios intereses, especialmente la publicidad dirigida, y que lo hizo a costa de los planes de datos móviles que los usuarios pagaban. “Debido a las decisiones de diseño deliberadas de Google, estas transferencias pasivas (…) son cargas obligatorias e inevitables que soportan los usuarios de dispositivos Android para beneficio y conveniencia de Google”, señala la denuncia.
Uno de los puntos clave en el juicio fue que Google podría haber esperado a que los dispositivos se conectaran a WiFi para transmitir esa información, evitando así el consumo de datos móviles de los usuarios. Además, los demandantes argumentaron que la compañía hizo intencionalmente imposible desactivar por completo estas transferencias en la configuración del sistema.
Google, por su parte, rechazó categóricamente la decisión del jurado. El portavoz de la compañía, José Castañeda, expresó en nombre de la empresa que “estamos en total desacuerdo con la decisión de hoy y apelaremos”, y afirmó que “sta decisión supone un revés para los usuarios, ya que no comprende servicios cruciales para la seguridad, el rendimiento y la fiabilidad de los dispositivos Android”.
Castañeda insistió en que las transferencias de datos en cuestión, son esenciales para garantizar el buen funcionamiento de los miles de millones de dispositivos Android activos en el mundo. Según él, estos envíos consumen una cantidad mínima de datos, menos incluso que el envío de una fotografía.
El portavoz también sostuvo que los usuarios han dado su consentimiento para este tipo de actividad mediante acuerdos de términos de uso y opciones dentro de la configuración de los teléfonos. Sin embargo, la denuncia cuestiona esa afirmación, subrayando que las opciones de control son limitadas y que los usuarios no tienen la capacidad real de impedir el uso de sus datos móviles para estas transmisiones.
La demanda también compara el comportamiento de Android con el de iOS, indicando que los dispositivos de Apple brindan un mayor control al usuario sobre las transferencias pasivas y, por lo tanto, generan mucho menos tráfico de este tipo.
Este fallo se suma a una serie de problemas legales recientes para Google en relación con la privacidad. En mayo, reportamos que la empresa acordó pagar 1.370 millones de dólares al estado de Texas para resolver dos demandas relacionadas con la recolección de datos de ubicación, biometría y el uso del motor de búsqueda en modo incógnito. Ese caso fue iniciado en 2022 por el fiscal general de Texas, Ken Paxton, quien acusó a Google de rastrear y almacenar información de forma ilegal.
